En la Ciudad de las Rosas, como ostenta en cada recoveco haber sido bautizada Guadalajara, Lanús buscará esta noche conseguir lo que, para muchos (sobre todo aquí, en la capital mexicana del mariachi y el tequila) sabe a inocente quimera: dar vuelta el 0-1 que frizó ilusiones granates hace una semana en Arias y Guidi. Para muchos, sí, pero no para Ramón Cabrero, artesano de este equipo aún con cinturón de campeón casero que hoy tendrá prácticamente al mítico 11 inicial que regó de gloria a una ciudad entera hace poco y nada. "El equipo se va a recuperar, no tengo dudas. Los jugadores no se olvidan de jugar. Y acá lo importante es que quienes suelen hacer la diferencia vuelvan a brillar. Necesitamos eso. Porque si recupero a los Valeri, Sand, Blanco o Pelletieri, el equipo va a volver a ser, no digo que el campeón, porque ése tuvo un rendimiento superlativo, brillante, pero sí muy competitivo. Y yo confío en que aparezcan mis jugadores. Y el plantel sabe que, si eso sucede, se pueden volver a conseguir cosas importantes", le asegura el entrenador a Olé.
-Tienen que ganar por más de un gol, y en una cancha en la que el Atlas goleó a más de uno en esta Copa. Parece que tendrá que aparecer el campeón sí o sí para pasar de ronda...
-Sí, es muy difícil. Por el equipo y por la cancha. Pero nosotros ya ganamos en la Bombonera, eh... Va a depender de cómo juguemos. Si lo hacemos como lo hicimos con River, seguramente ganemos. Y si jugamos como contra Jujuy, lo más probable es que perdamos. El resultado es alcanzable: no perdimos 3-0 como con Pachuca (Sudericana 06). Lo podemos ganar, no tengo dudas.
-¿Conviene salir a buscar el gol de entrada o será mejor esperar un poco?
-Nosotros no tenemos otra manera de salir a jugar que hacerlo siempre de igual a igual, esté quien esté enfrente. No sabemos meternos atrás. Aunque el 1-0 lo firmo. Con ir a penales estoy más que hecho.
-¿Y si no?
-A mí la amargura me durará una noche a lo sumo. Es sólo un partido. El que vive amargado por haber perdido un partido se tiene que dedicar a otra cosa... Además, haber llegado a esta instancia de Libertadores es muy bueno. No nos olvidemos que éste es un equipo chico que juega con muchos jóvenes.
-¿Y cree que a la gente también le durará una noche la pena o pensará que haber llegado hasta acá es bueno?
-El fútbol es un día a día, y no puedo pretender que si salgo último en el torneo o me eliminan de la Copa la gente vaya y me aplauda. Demasiado bien se viene portando hasta ahora. No tengo miedo de recibir insultos. Cuando dirigía al equipo en la B, a mediados de los 80, se colgaban del alambrado para putearme. Tenía que irme de la cancha con la Policía.
-Pero éste es otro contexto suyo como DT...
-Sí, pero los que trabajamos de esto sabemos que puede pasar en cualquier momento. Si creemos que siempre nos van a aplaudir, o somos ridículos o vivimos en otro país. Yo no tengo dudas de que si seguimos así la gente nos va a insultar, como insultaron a Passarella en River, una locura. Pero hay que ser conscientes también de que así como cuando ganás sólo recibís cariño, cariño y cariño, cuando empezás a ir mal te lo pueden hacer saber.
-Aunque...
-Es que yo analizo años. O seis meses mínimo. Entonces tengo que pensar que hace cuatro salí
campeón. Así se analiza el tema. Mirá, cuando salimos campeones, yo dije que todo lo que viniera después no iba a ser igual. Que Dios me haya puesto en ese lugar, con mi gente, con mi barrio, ante semejante alegría, es inigualable. Y nada ni nadie va a borrar esos hermosos momentos. Nada. Ni tampoco a superarlos.
-Salvo que gane la Copa Libertadores...
-Tampoco. Yo me quedo con lo que hice hasta ahora, con estos dos años y medios brillantes, en los que vendimos por 18 millones de dólares, sacamos un subcampeonato y un título... Y ni siquiera un torneo local en el que terminemos con ocho puntos va a lograr opacar todo eso. Llega un momento en la vida en que tenés que decir "bueno, fenómeno, me conformo con esto". Si no es muy difícil vivir...
-Okey, pero es un tema de superación también.
-Es que nada va a superar lo que hice. Ponele que pasemos a Atlas y después ganemos la Copa, espectacular, pero no va a igualar el haber ganado el campeonato local.
-¿Cómo que no?
-Es mucho más fácil ganar la Copa que el torneo local, que es un campeonato más largo, y en el que competís con cinco o seis equipos clave. Si los grandes están bien, se hace casi imposible, porque tienen planteles más numerosos y superiores. Nosotros, cuando salimos campeones, lo hicimos porque formamos un equipo muy muy bueno mezclando jugadores grandes con chicos talentosos del club. E igual resultó dificilísimo. En la Libertadores, en cambio, hay más azar. A los buenos, de repente, les podés ganar en un ida y vuelta. Es así...
-¿Y hasta dónde imaginó a Lanús llegando en esta Copa cuando todavía no había empezado?
-Yo pensé en salir campeón. Pero si nos quedamos acá, estará bien. Este semestre se nos hizo todo muy cuesta arriba. Fue increíble la racha de lesionados que tuvimos.
-¿Se equivocó en haber dejado ir a Ribonetto, Manicero y Aguirre, y encima no haber incorporado a nadie, teniendo en cuenta que había dos competicioness?
-Es que si yo dejé ir a esos jugadores fue porque así y todo tenía dos por puesto. El caso de Tino, lo dejamos ir quedándonos con Hoyos y Jadson, que se iba a recuperar de la lesión. Pero no sólo se resintió, sino que Hoyos también se lesionó al principio del torneo. Y arriba lo mismo: se fue Manicero, pero teníamos a Biglieri, Acosta y Ramírez para ir por afuera, pero Biglieri estuvo parado un mes y Acosta lo mismo. Contra eso no podés hacer nada. Son rachas. En el torneo pasado no se nos lesionó nadie...
-De todas maneras, imagino que no esperaba un torneo tan flojo...
-No, no. Pensábamos en tener 17, 18 puntos a esta altura. Igual, podríamos tener cuatro o cinco puntitos más. Del partido con River, del de Vélez...
--En la Copa, más allá del último partido, se vio un equipo muy distinto.
--Sí, en la Libertadores nos fue muy bien, podríamos haber clasificado mucho antes. Y con Atlas no merecimos perder. Pasa que cuando la pelota no entra o tus jugadores no están en un buen momento... Por eso quiero recuperarlos, pero no es fácil, porque ellos también sufrieron lesiones que les quitaron ritmo futbolístico. Sand, Valeri... Imaginate que a Boca le falten Riquelme y Palacio. Y eso que Boca tiene mucho más plantel. Te aseguro que influye, repercute en el equipo. Nos vimos obligados a jugar con pibes que ni siquiera se habían entrenado con nosotros. Y la gente lo entiende, por eso, pese a estar haciendo una muy mala campaña, sólo palpo cariño por la calle. Y ojalá eso no cambie nunca.
GUADALAJARA (E. ESPECIAL)
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